Los desafíos de educar hoy

Educar no es una empresa fácil. Educar en tiempos de crisis es aún más difícil y complejo. Y en estos tiempos de cambio epocal, de amenazas, de riesgos, de incertidumbre, en que campea el claroscuro del existir y tiende a predominar el desaliento y el desencanto, la invitación no es solo a tomar conciencia de la gravedad de la crisis de nuestro tiempo, sino sobre todo a mirar y redescubrir, desde un paradigma diferente, con una fuerte dosis de realismo, lucidez y coraje moral, la belleza de educar. La meta es ver brillar en ella, y desde ella, los signos de esperanza para un mundo mejor, para poder apreciar y vislumbrar horizontes de una nueva cultura, de una cultura de genuina inspiración humanista y cristiana.